Mayo 16, 2024
Diversas sesiones de trabajo han mantenido los recién formados comités técnicos que trabajarán en los requerimientos para riesgos sísmicos y de cambio climático de la futura versión CES + Resiliencia.
A comienzos de abril se constituyeron los comités técnicos que trabajarán en los requerimientos para riesgos sísmicos y de cambio climático de la futura versión CES + Resiliencia. Hernán Madrid, jefe de Certificación de Edificio Sustentable, explica que la idea de un nuevo modelo de certificación de resiliencia surgió a partir de la combinación de varias iniciativas anteriores del Instituto, incluida la creación del Código Modelo Sísmico para América Latina y el Caribe, una consultoría realizada para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) respecto a códigos de construcción y sustentabilidad de países de América latina y el caribe, y la propia certificación CES. Este modelo de certificación tiene como objetivo preparar a los edificios no solo para las condiciones actuales, sino también para los desafíos futuros relacionados con amenazas naturales y riesgos asociados al cambio climático.
“Queremos que nuestros edificios funcionen, idealmente de manera continua, pero al menos de la manera esperada frente a los riesgos que anticipamos,” comenta Hernán. Este nuevo enfoque difiere de la certificación de sustentabilidad tradicional, que evalúa el desempeño de un edificio bajo las condiciones actuales. La resiliencia, en cambio, se proyecta hacia el futuro, considerando cómo los edificios enfrentarán distintos tipos de amenazas.
Para estructurar este modelo, el Instituto de la Construcción junto con CES (Certificación de Edificio Sustentable) ha formado un comité consultivo con instituciones relevantes en Chile, incluyendo el Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de Energía, Cámara Chilena de Construcción, el Colegio de Arquitectos y la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (ICE), la Sociedad Chilena de Geotecnia y la Asociación Chilena de Sismología e Ingeniería Antisísmica, entre otras. Estos comités han identificado seis categorías principales que deben evaluarse en un edificio para certificar su resiliencia:
Riesgo Sísmico: Fundamental para un país como Chile, propenso a terremotos.
Riesgo de Cambio Climático: Considerando los impactos a largo plazo de un clima cambiante.
Inundaciones: Causadas por lluvias intensas o desbordamientos de ríos, excluyendo tsunamis (que se abordan dentro de riesgo sísmico).
Viento: Aunque Chile no enfrenta huracanes, otros países de América Latina sí lo hacen.
Riesgo de Incendios: Especialmente incendios forestales que pueden afectar las áreas urbanas.
Erupciones Volcánicas: Dado que Chile es hogar de numerosos volcanes activos.
El desarrollo de este modelo de certificación de resiliencia tenía la intención de abarcar diversas temáticas, sin embargo, se decidió comenzar por dos muy relevantes, como lo son el riesgo sísmico y cambio climático. Actualmente, integrantes del Instituto de la Construcción y del CES se encuentran trabajando activamente en la definición de estándares y evaluaciones que permitirán a los edificios ser más resilientes frente a estas amenazas.
“La iniciativa de CES + Resiliencia refleja una visión a futuro que integra la sostenibilidad con la resiliencia, buscando preparar mejor a los edificios para enfrentar los desafíos ambientales del mañana. Esta certificación busca proteger principalmente la infraestructura crítica, garantizar la seguridad y bienestar de las personas que los habitan manteniendo la continuidad de su operación”, declara Hernán.
La experiencia adquirida con el CES sugiere que el desarrollo de la certificación de resiliencia no debería tomar tanto tiempo. “Estamos en un momento de desarrollo diferente,” comenta Hernán. “Hemos aprendido mucho y los mandantes ya conocen la importancia de la certificación. Esperamos que, en un año, tengamos una versión inicial lista para su implementación.” Este proyecto promete ser un aporte en la historia de la construcción sustentable en Chile, proporcionando herramientas para que los edificios no solo sean eficientes y sostenibles, sino también robustos y preparados para los desafíos futuros. Según Hernán Madrid, la colaboración entre CES y el Instituto de la Construcción es un paso crucial hacia la construcción de un entorno más seguro y resiliente, capaz de proteger a sus ocupantes y garantizar la continuidad de los servicios esenciales en tiempos de crisis.