Noviembre 27, 2023
En el centro de la industria de la construcción, la sustentabilidad se ha convertido en un tema crucial en los tiempos modernos. En el marco de la 6ta edición del International Summit #ConstruyeAcción, el panel de conversación sobre resiliencia organizado por Chile Green Building Council y que contó con la participación de José Pedro Campos, Director Ejecutivo del Instituto de la Construcción, Xavier Aldea, Director de Finanzas y Operaciones de Resilience Rising; Pablo Allard, Decano de la Facultad de Arquitectura y Artes en la Universidad del Desarrollo; y Waldo Bustamante, Académico en Pontificia Universidad Católica de Chile; quienes arrojaron luz sobre los desafíos y oportunidades que enfrentamos en este campo.
La transición energética y la adaptación a fenómenos naturales son algunos de los temas que se discutieron, así como su importancia en el contexto chileno.
La transición energética es un desafío que abarca todo el planeta. La necesidad de reducir las emisiones de dióxido de carbono, especialmente en la generación de energía, es una cuestión crítica para combatir el cambio climático. En este contexto, Waldo Bustamante destaca que “Chile este desafío ha estado bien al abordar, principalmente en la transición de fuentes fósiles hacia fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica”. Además destacó que en el país la combinación de esfuerzos tanto del sector público como del privado ha sido fundamental en este proceso; así como la innovación y la gestión proactiva han permitido avances significativos en la adopción de energías más limpias.
Sin embargo, el camino hacia la sostenibilidad en la construcción no solo implica migrar hacia energías renovables, sino también avanzar en paralelo en la eficiencia energética, “Es fundamental que la política pública en diseño de edificios parta por el tema de eficiencia energética”, comentó Bustamante.
La eficiencia energética desempeña un papel vital en el panorama de la sustentabilidad de la construcción. En este sentido, Chile tiene un gran camino por recorrer, y este cambio climático requiere un replanteamiento de los paradigmas de diseño urbano.
Por ejemplo, a medida que el cambio climático afecta la intensidad y la periodicidad de las lluvias, la infraestructura y los sistemas de drenaje se ven amenazados. Para Pablo Allard, estos últimos deben comenzar a ser vistos no solo como simples canales para evacuar agua; sino que deben ser pensados teniendo en cuenta el paisajismo, el urbanismo y la hidrología, “Los paradigmas de diseño urbano están cambiando y tienen que cambiar, si antes la ciudad se hacía desde una lógica funcional – sectorial donde la respuesta era construir canales, sumideros o ductos para entubar los cauces urbanos para llevar las aguas lo más rápido posible hacía abajo, hoy en día en el Siglo XXI nos damos cuenta que ese paradigma tiene que cambiar” destaca Allard.
Lo más importante es que deben diseñarse con soluciones integradas con la naturaleza, convirtiéndolos en corredores ecológicos que aporten beneficios significativos a las ciudades, como la captura de emisiones de CO2 y la reducción de las temperaturas.
En un país sísmico como Chile, la construcción resiliente adquiere una importancia aún mayor. Para Jose Pedro Campos, desde el Instituto de la Construcción se ha diseñado y administrado la Certificación de Edificio Sustentable y también se ha realizado la Secretaría General de la Comisión Permanente del Código de Modelo Sísmico para América Latina y el Carible; lo que le ha permitido correlacional este tema con el de Sustentabilidad en tres forma, “Una en que es muy importante incorporar los modelos de certificación y la continuidad de operación y uso de nos solo edificios estratégicos como hospitales, edificios de gobierno, sino también en general la población; y esto se logra a través de normativas o incentivos para minimizar los daños de sismo, inundaciones y huracanes”, comentó Campos.
Además, para Campos la segunda forma es a través de la prevención de escombros y residuos de la construcción, y la aplicación de los principios de la economía circular, como prácticas fundamentales para minimizar los riesgos. “La tercera correlación es evitar reconstruir y reparar en especial en los países que sufrimos terremotos”, dijo Campos para quien se hace necesario incorporar los modelos de certificación y protección sísmica a los reglamentos y aplicar los métodos avanzados de diseño que permitan reducir significativamente los daños.
Adicionalmente, la cooperación regional también juega un papel crucial en el fortalecimiento de la construcción resiliente. Países como Nicaragua, El Salvador, Perú, Bolivia y Ecuador han adoptado parte del Código Modelo Sísmico en sus propias regulaciones públicas, donde actualmente se encuentran trabajando en su 3era versión; y esta colaboración entre países demuestra la importancia de trabajar juntos para abordar los desafíos comunes que plantean estos fenómenos naturales en la región.
“Es muy importante como ejemplo de trabajo colaborativo y solidario, y es perfectamente replicable en un campo como la sustentabilidad. Además así uno crea que el tema sísmico es homogéneo, no es así, los sismos son distintos en origen, frecuencia, periodicidad, los sistemas constructivos son distintos y la institucionalidad también, y en ese sentido este es un buen trabajo que se ha ido abordando colaborativamente de un tema común”, comentó Campos.
Actualmente, la Comisión Permanente del Código de Modelo Sísmico para América Latina y el Carible cuenta con 17 países participantes. Campos contó en el panel que durante la realización de la 6ta Jornada se tocó un tema que representa un reto crucial para la región: el comportamiento sísmico de la Vivienda Informal Vulnerable Estructuralmente y los retos que esto conlleva en la región, y además informó que la 7° Jornada se realizará en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”, sede Cochabamba a mediados de 2024.
Por su parte, para Xavier Aldea los proyectos deben ser flexibles y capaces de adaptarse y transformarse a lo largo del tiempo, lo que permitirá una mayor resiliencia de las estructuras. “Es importante encontrar soluciones sostenibles y resilientes y que busquen trabajar con la naturaleza” comentó Aldea durante el panel.
Para Aldea, a pesar de los avances en el campo de la construcción resiliente, aún no existen estándares universales claros sobre lo que significa ser una construcción resiliente, y por ellos las normas técnicas no están revisadas ni se tienen indicadores claros para medir la resiliencia en las edificaciones, esto subraya la necesidad de la innovación en metodologías, materiales y automatización.
Igualmente, la formación juega un papel crucial en esta ecuación, “Los profesionales de la construcción deben estar preparados para enfrentar los desafíos que presenta la construcción resiliente. La simulación de escenarios donde las construcciones se enfrentan a fenómenos naturales es una herramienta valiosa para la formación y la toma de decisiones”, sugirió Aldea.
En última instancia, para abrazar plenamente la sustentabilidad de la construcción y la resiliencia, es imperativo cambiar los paradigmas tradicionales de la construcción, ya que no se puede seguir construyendo casas, edificios o infraestructuras de la misma manera que hace dos décadas.
Es necesario comprender y respetar el territorio y el entorno en el que se encuentra cada ciudad. La adaptabilidad y la flexibilidad son esenciales en la construcción resiliente.