Abril 7, 2022
Expertos señalan que el estado normativo chileno tiene grandes falencias, en especial en la cantidad de normas que incluye y que representan las necesidades del sector.
Una Norma Chilena es un documento de conocimiento y uso público, aprobado por consenso y por un organismo reconocido. Si bien la norma establece reglas, criterios o características para una actividad y así obtener un nivel óptimo de ordenamiento, es de carácter voluntario y se transforma en obligatoria al ser citada en algún tipo de reglamentación (resolución, decreto o ley), ya sea en forma particular o en forma general.
Sergio Contreras, presidente del Consejo de Normalización de la Construcción, del Instituto de la Construcción, señala que actualmente en nuestro país, el estado normativo adolece de falencias importantes, en especial en la cantidad de normas que incluye y que representan las necesidades del sector y también la obsolescencia de ellos dado los recursos de que se disponen para mantenerlas actualizadas.
“En Chile no hay un compromiso real y tangible tanto del sector privado como del Estado para darle al cuerpo normativo la consistencia que éste necesita para cumplir con las expectativas y necesidades de la industria, los usuarios y la sociedad. Por otra parte, la organización jurídica de la construcción en el país adolece de serias falencias e inadecuaciones que no siempre están resueltas de la manera más efectiva lo cual genera descoordinación global que dificulta un desarrollo eficiente de la normativa”, señala Contreras.
Ante esto, ¿cómo se puede avanzar?.
Mauricio Salinas, gerente general de Constructora Daniel Salinas y director del IC en representación de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), señala que el marco normativo va de la mano del marco regulatorio y existe la necesidad de mejorar ambos por lo que deben ser tratados en su conjunto.
“El principal avance faltante es la actualización normativa, muchas de las normas chilenas son antiguas y no contemplan los debidos procesos de actualización periódica. En términos de seguridad, en la detección de incendios hay mucho por avanzar, ya que el marco regulatorio actual no indica qué se entiende o debe contemplar un sistema de detección. Otro tema que preocupa es la seguridad en excavaciones y sistemas de entibación, ya que al día de hoy siguen habiendo dificultades regulatorias para la aplicación de algunos sistemas. Y sin lugar a dudas, otro tema donde se debe avanzar es el medio ambiental en áreas como huella hídrica, eficiencia energética y economía circular”.
Paola Molina, presidenta del Comité de Economía Circular del IC y presidenta del Directorio de la Certificación CES, señala que en el área sustentabilidad, es fundamental avanzar en la actualización de la Reglamentación Térmica, ya que la actual es deficiente y no logra prever patologías a raíz de efectos higrotérmicos al interior de las viviendas, ni tampoco permite lograr un confort térmico estable durante el año. Además, genera en las localidades donde se requiere calefacción mayor contaminación atmosférica e intradomiciliaria.
“La propuesta de actualización de la Reglamentación Térmica que se encuentra en Contraloría -que esperamos que pueda ser pronto aprobada y firmada para entrar en vigencia- permite subsanar los puntos antes expuestos. También es importante avanzar en múltiples normativas que permitan con premura lograr un proceso productivo que se enmarque en un desarrollo circular y no lineal, para lo cual se están efectuando diversos estudios por parte de universidades e Instituciones con el fin de entregar todos los antecedentes pertinentes para su pronto avance”, agrega.
Por su parte, Lucio Ricke, Socio de I.E.C. Ingeniería y director del IC en representación de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales de Chile (AICE), señala que es necesario avanzar en normas de estudios de Amenaza Sísmica de sitio, para determinar de mejor manera la demanda sísmica a que estarán sometidas las estructuras, especialmente en zonas con suelos de fundación menos rígidos cuyo uso es cada vez más frecuentes producto de la escasez de suelos para construir.
“Además, se requiere avanzar en normativa que permita la utilización de procedimientos más sofisticados en base al desempeño sísmico de las estructuras y, por supuesto, en instrumentación de los edificios que nos permita medir su comportamiento para validar la normativa. Por otro lado, junto a los avances en industrialización de los procesos constructivos van naciendo productos que requieren validación mediante ensayos y normativa que asegure un adecuado comportamiento sísmico de estos nuevos materiales de construcción”.
Desafios
No cabe duda que el estado normativo chileno tiene grandes falencias, en especial en la cantidad de normas que incluye y que representan las necesidades del sector.
“Es cierto que la potestad regulatoria es exclusiva de las autoridades, pero creo que tanto la Cámara Chilena de la Construcción, como el Instituto de la Construcción, deben pasar al plano propositivo y vislumbrar en forma critica las falencias normativas y regulatorias, y en aquellas que se vislumbran falencias, ser capaz de consensuar con los diferentes actores proposiciones que permitan el mejor actuar de la industria”, comenta Mauricio Salinas.
Paola Molina, agrega que los desafíos para este año se centran en visibilizar los avances concretos que se han logrado desarrollar en soluciones de componentes y logros de diseño en edificaciones y en la ciudad que han incorporado estos parámetros. “Debemos motivar a nuestros colegas a que asuman práctica sostenible en el diseño y la mejor manera es con ejemplos locales. Al ver a otros que ya lo han logrado con excelentes resultados, sociales, ambientales y económicos, se logra que más profesionales se propongan incorporar estos criterios a sus diseños”.
Y agrega que instrumentos como la Ley Marco de Cambio Climático o el Acuerdo de Escazú dan el marco de acción para poder concretar a través de reglamentos, grandes desafíos como lograr la carbono neutralidad del sector construcción al 2050. “Es importante ir generando un ecosistema colaborativo que genere acciones para ir gradualmente avanzando. El compromiso de todo el sector construcción es fundamental, para lo cual se debe entender que la sostenibilidad trae una gran oportunidad de encontrar las herramientas necesarias para ser resilientes y salir fortalecidos frente a todos los desafíos que nos trae tanto el cambio climático como las encrucijadas a nivel nacional y mundial que hoy se viven”.
Por su parte, Lucio Ricke, comenta que debiésemos tener una actualización periódica de la normativa de la industria, además de agilizar los procedimientos de oficialización de las normas emitidas por el Instituto de Normalización Nacional (INN) para transformarlas en documentos oficiales de la República y así evitar la duplicidad de normas que en algunos casos tenemos hoy, lo cual produce grandes confusiones en su aplicación y delimitación de responsabilidades profesionales.
“No puedo dejar pasar esta oportunidad para hacer un llamado a las nuevas autoridades en relación con la urgencia que existe de la promulgación de la nueva versión de la NCh 433 Diseño Sísmico de Edificios, cuyo comité técnico terminó sus trabajos hacia finales del 2016 y aún no tenemos el documento INN y menos una norma oficial actualizada y también en relación a la urgencia de la redacción de una nueva versión de la norma NCh 432 Diseño Estructural – cargas de Viento, donde tenemos una norma INN 2010 y una norma oficial 1971, cuya metodología es totalmente diferente”, agrega Lucio Ricke.
Finalmente, Sergio Contreras, presidente del Consejo de Normalización de la Construcción, del Instituto de la Construcción señala que los desafíos normativos se centran en entender que la construcción no está detenida en la pura solución política del tema vivienda sino que abarca un sinnúmero de otros desafíos técnicos que debemos resolver de manera conjunta.
“No olvidemos que el gran desafío del futuro es lograr una construcción sustentable. Hago un llamado a quienes estamos en el sector de la construcción a reconocer estos problemas y unir fuerzas para plantear y lograr soluciones que mejoren sensiblemente y con profundidad la normativa en el país”, concluye Sergio Contreras.