Febrero 5, 2021
Colegio de Arquitectos propone que se evalúen los procedimientos de evacuación para replicar u optimizar sus resultados.
El concepto de la accesibilidad ha ido evolucionando. A principios del siglo XXI se asociaba a las mejoras de los entornos físicos, relacionando esta característica a la eliminación de obstáculos y la supresión de barreras arquitectónicas.
Sin embargo, la mirada ha cambiado hacia un concepto integral y multidimensional, concibiéndose como las condiciones que deben cumplir tanto los espacios físicos y virtuales, como los servicios y equipamientos para permitir a todas las personas su uso y disfrute de la manera más autónoma y segura posible, en igualdad de condiciones, proyectando así el bienestar de la sociedad en su conjunto.
Según el Estudio Nacional de Discapacidad SENADIS Chile, 2015, el 16,7% de la población chilena vive con alguna condición de discapacidad, es decir 2.836.818 personas. El 36,9% de esta cifra tiene una discapacidad física; 3,7% del habla; 4,1% Siquiátrica; 5,4% mental; 8,2% auditiva; y 11,9% visual.
Asimismo, los tres grupos poblacionales identificados con movilidad reducida son adultos mayores sobre 60 años, mujeres en avanzado estado de gestación y familias con niños hasta 3 años; y personas obesas o de talla grande. En total, quienes hacen uso de la accesibilidad pueden superar el 40% de la población.
Planes de evacuación
El urbanismo es la planificación y ordenación de las ciudades, por lo tanto, es fundamental que existan planes de accesibilidad a nivel comunal, para las ciudades a objeto que todas las intervenciones que se efectúen, especialmente en el espacio público, sean accesibles.
La alerta de tsunami emitida por la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI), el pasado 23 de enero y la posterior evacuación que realizaron los habitantes de las ciudades emplazadas en el borde costero de nuestro país, evidenció importantes problemas en la evacuación de los grupos vulnerables como niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Cecilia Leiva, presidenta del Comité de Accesibilidad Universal del Colegio de Arquitectos de Chile, señala que al parecer, no existe una planificación adecuada para este tipo de eventos.
“Nos hemos dado cuenta que no hay planes y procedimientos preventivos claros de evacuación en los desastres, orientados a grupos vulnerables y especialmente a personas con discapacidad, a pesar de que es algo muy importante para facilitar las operaciones durante el evento y posterior etapa de traslado de las personas a zonas seguras”.
En este sentido, agrega que “el episodio ocurrido a raíz del anuncio de tsunami de la ONEMI en el 27F, así como los incendios forestales de las cercanía de Valparaíso y el aluvión en las zonas altas del Cajón del Maipo, se puede transformar en forma positiva al evaluar los sistemas de evacuación aplicados, la continuidad de la cadena de accesibilidad desde los hogares de las personas con discapacidad hasta el establecimiento que los acoge y considerar un procedimiento especial para las personas que no son autovalentes”.
Al respecto, este colegio propone que se analice dicha experiencia de evacuación, a objeto de evaluar a nivel comunal sus procedimientos y organización, estudio que solicitan sea dado a conocer públicamente para replicar, mejorar y optimizar sus resultados.
“El desafío es dar una solución a las personas con discapacidad, considerando su reacción y posibilidades, para lo cual es necesario tener en cuenta la diversidad de personas afectadas, las que usan silla de ruedas, las que adolecen debaja visión o de ceguera total, aquellas que necesitan de perros guía, las que sufren de sordera, los mayores que sin sufrir de discapacidad, en algunos casos, tienen disminución de la movilidad, visión y audición, personas de baja estatura como niños, entre otros. Es una oportunidad para construir ciudades más humanas que posibiliten convivir a todas las personas en igualdad de oportunidades, derechos y obligaciones y que, a su vez, brinden la debida seguridad”, agrega Cecilia Leiva.